Desde Estudio Legal de Procuradores S.L. apostamos por una procura clara y transparente, por eso nos ceñimos a los honorarios y aranceles regulados por el Real Decreto 1373/2003

Cuando se plantea cualquier tipo de proceso judicial, a las partes les asaltan innumerables dudas y, en lo que se refiere al aspecto de los costes, existe cierta inquietud en lo que se refiere a los honorarios de los procuradores y de los abogados. A continuación, en relación a nuestra actividad, trataremos de responder de la forma más clara a las preguntas que se formulan la mayoría de clientes: ¿cuánto cobra un procurador? y ¿por qué es necesario un procurador?

¿Cuánto cobra un procurador?

A diferencia de la libertad de honorarios de los abogados, los aranceles de los procuradores de los tribunales se hayan regulados por el Real Decreto 1373/2003, de 7 de noviembre. Este arancel regula los derechos devengados por los procuradores en toda clase de asuntos judiciales y ante las Administraciones públicas y, aunque la ley permite una negociación entre el cliente y el procurador por encima de los aranceles previstos, ésta no puede rebasar el 12%. Esta situación tiene su explicación en que, con relativa frecuencia, el cliente no recibe la información suficiente para entender la importante labor que desempeñan los procuradores. Y este hecho desemboca irremediablemente en una percepción de pagar al procurador “por nada”. Nada más lejos de la realidad, ya que la responsabilidad y las funciones del procurador tienen un gran peso en todo proceso. Resumiendo mucho, el procurador representa al cliente ante el juzgado, recibiendo en su nombre todas las notificaciones. Es realmente la figura que, con su conocimiento de todos los trámites y con el uso de la tecnología más avanzada para gestionarlos en los plazos establecidos, agiliza los procedimientos, informando en todo momento al cliente y a su abogado. Con esta breve exposición, entendemos que es fácil comprender que los procuradores aportamos valor con nuestro servicio y colaboramos en reducir los costes de la administración de justicia, ya que sin nuestra intervención el caos se apoderaría de los tribunales y la justicia se alejaría de ser un servicio transparente y eficaz para la sociedad.

¿Por qué es necesario un procurador?

Es una realidad palpable que, gracias a la labor del procurador, la administración de justicia es más eficaz. Es lógico entonces entender que la administración valora enormemente las competencias que desarrollamos los procuradores, de tal forma, que en la actualidad se están planteando nuevas funciones que descongestionen aún más los juzgados, como convertirnos en agentes de autoridad de forma que no sea necesaria la presencia de testigos para hacer los actos de comunicación (notificaciones, emplazamientos, citaciones, etc.), o ampliar nuestras facultades en la ejecución de sentencias, de modo que seamos el secretario y los procuradores quienes llevemos a cabo la ejecución.

De la misma forma que demandante y demandado tratan siempre de contratar los servicios del abogado que consideran mejor, la elección de un buen procurador debe ser otra pieza clave en el procedimiento.

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